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Noticia / 04 de Diciembre de 2015
Las personas felices viven más tiempo

La felicidad suele definirse como un estado psicológico de tipo emocional y cognitivo que puede ser experimentado por todas las personas, y que por lo general es independiente del nivel educacional e ingresos económicos o del nivel de desarrollo alcanzado por las sociedades a las que pertenecen. (Argyle, M. La psicología de la felicidad, Alianza Editorial, Madrid, 1992).

Recientemente un estudio publicado en la revista Social Science & Medicine 145 (2015) 115-119 determinó que existe una fuerte relación entre felicidad y longevidad. El equipo de investigación dirigido por la Dra. Elizabeth Lawrence de la Universidad de Carolina del Norte, examinó datos publicados de 31.481 estadounidenses en el General Social Survey National Death Index (GSS-NDI) y que incluían información recopilada entre los años 1978 y 2002. El 31,4% de los adultos registrados en el GSS-NDI se describía como "muy feliz", mientras que el 56,9% se consideraba "bastante feliz" y el 11,6% "no muy feliz."

La investigación principal apuntó a comparar variables y su relación con la felicidad. De hecho, en comparación con quienes se definían como “muy felices”, el riesgo de muerte en el período de seguimiento fue un 6% mayor para los “bastante felices” y un 14% mayor para aquellos que dijeron ser “no muy felices”, independiente del estado civil, nivel socioeconómico y/o religión. Este estudio avala la idea de considerar la felicidad como un indicador independiente de bienestar, que podría usarse más ampliamente en ciencias sociales y en investigación en salud.

Otro trabajo publicado con anterioridad en el Journal of Happiness Studies (2008) 9:449–469 evaluó los resultados de 30 estudios de seguimiento que relacionaban felicidad y longevidad. En dicha publicación los autores concluyeron que al parecer la felicidad no predice longevidad en poblaciones “enfermas” pero sí lo hace en poblaciones “sanas”, de tal modo que la felicidad no curaría enfermedades pero sí protegería a las personas de llegar a tenerlas. Interesantemente la magnitud de este efecto es comparable a la que se puede observar entre poblaciones que fuman, o que no lo hacen.