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Noticia / 03 de Octubre de 2017
Telefonía celular: conectados pero no tanto

Los teléfonos “inteligentes” ya son parte de nuestra vida cotidiana. Interactuamos con ellos un promedio de 85 veces al día, desde que nos levantamos hasta antes de dormirnos e incluso en mitad de la noche, lo que da cuenta de nuestra excesiva dependencia de estos dispositivos. Aunque con variaciones en las cifras, la mayor parte de las encuestas han detectado que un alto porcentaje de usuarios declara no poder salir de casa sin su teléfono y muchos de ellos piensan que no podrían vivir sin él.

Continuamente estamos activando nuestro teléfono para revisar la hora, consultar el clima, el estado de las carreteras o para interactuar en redes sociales. Si bien estas conductas nos permiten estar siempre conectados con el “mundo digital”, en la práctica pueden producir un deterioro en la capacidad para mantener la atención en las tareas que estamos desarrollando.

Un estudio publicado en la revista Journal of the Association for Consumer Research, liderado por Adrian F. Ward (JACR 2017, 2:2, 140-154) evaluó cómo esta dependencia del teléfono móvil podía afectar la capacidad de procesamiento cognitivo y el control atencional en individuos sometidos a una situación bastante común: cuando el teléfono “no está en uso”, pero “está presente”.

Para evaluar tal asociación, los investigadores analizaron dos importantes procesos en el ámbito laboral: la memoria de trabajo (capacidad de mantener y procesar información relevante para la realización de una tarea o propósito), y la inteligencia fluida (capacidad para razonar y solucionar problemas, independientemente de las competencias y conocimientos previos). Ambos procesos fueron foco del estudio pues podían verse limitados por la continua atención hacia el teléfono móvil, aun cuando este no se encontrara sonando, vibrando o interfiriendo de alguna manera con la persona.

Para comprobar si la sola presencia del teléfono podía afectar estos procesos, Ward y colaboradores propusieron a los participantes del estudio dejar sus teléfonos (sin sonido ni vibración) en tres ubicaciones: 1.- sobre el escritorio (con la pantalla hacia abajo) y a la vista del voluntario, 2.- en el bolsillo de sus ropas o bien en el bolsillo de su bolso y 3.- en una pieza contigua. La hipótesis de los autores apuntó a que en la medida que aumentaba el “protagonismo” o la mera presencia del dispositivo, la capacidad atencional de los participantes se reduciría.

Un total de 548 estudiantes universitarios fueron evaluados, con edad promedio de 21 años, y fueron divididos en 3 grupos. Se les instruyó que dejaran sus teléfonos en modo silencio y sin vibración. Los voluntarios asignados en cada grupo fueron sometidos a diversas pruebas (OSpan Task Performance y RSPM Test Score) para medir tanto la capacidad de memoria de trabajo como la inteligencia fluida.

En el test OSpan Task Performance los participantes debían completar una serie de problemas matemáticos (procesamiento de información) mientras simultáneamente actualizaban y recordaban una secuencia de letras generada al azar (mantenimiento de información). Por su parte el test RSPM, una medición no verbal de inteligencia fluida basada en secuencias de imágenes, permitió medir la capacidad de los individuos para entender y resolver problemas nuevos, independientemente de cualquier influencia del conocimiento acumulado o habilidad específica de su área de experticia.

Además se utilizó un conjunto de pruebas adicionales para determinar si los individuos acudían a sus teléfonos o si el grado de separación con el dispositivo podía afectar su desempeño.

El análisis de la información obtenida mostró que los voluntarios más “dependientes” de su teléfono fueron los que obtuvieron mayor beneficio y mejores resultados en las pruebas de atención y capacidad cognitiva una vez que fueron apartados de sus dispositivos.

En base a estos antecedentes los autores recomiendan planificar y definir periodos de separación del teléfono móvil, especialmente cuando deben realizarse actividades de lectura y estudio. Según estos hallazgos, esta sencilla aunque difícil tarea para algunos, mejora la atención y aumenta la capacidad cognitiva disponible con una mejoría en el funcionamiento cognitivo.

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