Cada vez hay más pruebas de que el bienestar subjetivo está asociado con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas y con menor incidencia de enfermedades específicas.
Recientemente, la Dra. Paola Zaninotto y colaboradores, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College of London (BMJ 355:i6267, 2016) han establecido que el bienestar que siente una persona (entendido como sentimientos de disfrutar y estar satisfecho con la vida) se asocia positivamente con una mejor salud y mayor longevidad.
El estudio abarcó un número total de 9.365 individuos (hombres y mujeres de edad superior a 50 años, considerados representativos de la población inglesa) los cuales fueron seguidos durante cuatro años (desde el 2002 al 2006), período en el cual los investigadores evaluaron, a través de un cuestionario estandarizado aplicado en tres ocasiones, la percepción de los participantes respecto de su experiencia de vida (bienestar). Posteriormente se asoció esta percepción con el índice de mortalidad a siete años (hasta el 2013).
Tras aplicar el cuestionario en tres ocasiones, se obtuvo como resultado que un 24% de los participantes afirmó no disfrutar de la vida en ninguna ocasión. Un 20% respondió positivamente una sola vez, mientras que un 22% y un 34% manifestaron percepciones positivas en dos y tres ocasiones, respectivamente. Durante los siete años siguientes, se observó que el perfil de salud fue más favorable en aquellos que reportaron sostenidamente mayor bienestar en su vida y una mejor autopercepción de la salud, lo cual se tradujo en menor desarrollo de patologías (enfermedad coronaria, diabetes, artritis, infarto cerebral y dificultades de movilidad).
Simultáneamente, el estudio mostró que la mayor proporción de individuos fallecidos durante el período de seguimiento se dio entre aquellos que no reportaban satisfacción con sus vidas, en tanto la mortalidad fue menor a medida que los reportes de bienestar fueron más frecuentes.
Aunque se trata de es un estudio observacional y por tanto no se pueden extraer conclusiones causales, los resultados parecen indicar que mantener un bienestar positivo durante un periodo de tiempo superior a 4 años estaría relacionado a una mayor longevidad y que, por el contrario, la mortalidad es progresivamente más alta en personas con baja percepción de bienestar.