Los ritmos circadianos desempeñan un papel integral en la salud humana. Comportamientos como los ciclos de sueño/vigilia, ayuno/comer, así como la temperatura del cuerpo, la presión arterial, o la liberación de hormonas están regulados por ritmos de periodicidad cercanos a las 24 horas.
Los humanos presentan diferencias en su regulación, estas variantes denominadas “cronotipos” siguen un continuo entre dos extremos: los “matutinos” que prefieren dormirse y levantarse temprano, y los “vespertinos” que prefieren dormirse y despertarse más tarde.
Aunque durante las últimas décadas numerosas investigaciones sugieren una posible relación entre cronotipo y la prevalencia de trastornos psiquiátricos tales como la esquizofrenia, desórdenes en la conducta alimentaria y el consumo de drogas, la relación entre la modalidad vespertina y la aparición de síntomas depresivos requieren una mayor investigación.
Un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry (1) sugiere una causa-efecto entre el cronotipo y la propensión a sufrir depresión. El grupo liderado por Céline Vetter, profesora asistente de Fisiología de Colorado Boulder University, utilizó un novedoso y complejo análisis genético denominado aleatorización mendeliana (técnica que aprovecha las variantes genéticas asignadas al azar asociadas a un factor de riesgo para evaluar los posibles efectos causales sobre una enfermedad) además de un metaanálisis de estudios de asociación de genoma completo (GWAS) obtenidos desde las cohortes del BioBanco de Reino Unido (UK Biobank) y datos de la compañía de pruebas genéticas 23yMe para tratar de confirmar si el despertarse más temprano tiene algún efecto sobre el trastorno depresivo mayor.
Luego de combinar los análisis de las variantes genéticas que predisponen a los individuos a ser “madrugadores”, junto con los datos obtenidos por rastreadores de sueño portátiles y cuestionarios de preferencias de sueño, los investigadores determinaron que una preferencia diurna matutina correspondiente a una hora antes, por ejemplo: irse a la cama a las 2:00 AM en lugar de a las 3:00 AM y levantarse a las 10 AM en lugar de a las 11 AM, se asociaba con un 23% menos de riesgo de desarrollar síntomas depresivos.
Entre las razones del por qué los madrugadores tienen menos probabilidades de deprimirse, el ensayo plantea que un cambio en el punto medio de sueño una hora antes, parece estar relacionado con una mayor exposición a la luz durante el día, siendo esto el gatillante de una cascada de impactos hormonales que pueden influir en el estado de ánimo, como también lo sugieren otras investigaciones.
Las fortalezas de este estudio incluyen el uso de la aleatorización mendeliana para reducir el sesgo generado por los factores de confusión y causalidad inversa, así como considerar tamaños de muestra grandes para estimar de forma más precisa los efectos observados. Finalmente, los autores sugieren valorar estos resultados como la base para la realización de un gran ensayo clínico aleatorizado que permita determinar si efectivamente el acostarse y levantarse 1 hora más temprano podría reducir la aparición de depresión.
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Referencia:
1. Daghlas, I., Lane, J. M., Saxena, R., & Vetter, C. (2021). Genetically Proxied Diurnal Preference, Sleep Timing, and Risk of Major Depressive Disorder. JAMA Psychiatry. doi: 10.1001/jamapsychiatry.2021.0959. Online ahead of print.