El número de centenarios, es decir, personas que alcanzan la edad de 100 años, ha experimentado un aumento constante desde 1950, aproximadamente duplicándose cada década. Se proyecta que este incremento se quintuplicará a nivel mundial entre 2022 y 2050. La longevidad excepcional es el resultado de una compleja interacción de múltiples variables, que aún no comprendemos completamente, e incluye factores tanto genéticos como relacionados con el estilo de vida. El estudio de los centenarios y la comparación con sus pares de vida más corta ofrecen una valiosa oportunidad para mejorar nuestra comprensión de los procesos de envejecimiento y promover una vida excepcionalmente larga.
Una reciente investigación [1] describió y comparó los perfiles de biomarcadores en individuos de edades similares, comprendidas entre los 64 y 99 años, que eventualmente llegarían a ser centenarios, y aquellos que no lo harían. También se buscó analizar la asociación entre marcadores específicos y la probabilidad de llegar a los 100 años, además de examinar si los centenarios mostraban perfiles de biomarcadores homogéneos en etapas tempranas de su vida. El estudio incluyó a 44.636 participantes de origen sueco cuyos parámetros sanguíneos se midieron entre 1985 y 1996, con un seguimiento de hasta 35 años. Se evaluaron biomarcadores relacionados con el metabolismo, la inflamación, la función del hígado, los riñones, la anemia y el estado nutricional.
En total, 1.224 personas (84.6% mujeres) alcanzaron la edad de 100 años. Niveles más elevados de colesterol total y hierro, junto con valores más bajos de glucosa, creatinina, ácido úrico, aspartato aminotransferasa, gamma-glutamil transferasa, fosfatasa alcalina, lactato deshidrogenasa y capacidad total de fijación de hierro, se asociaron con la longevidad hasta los 100 años. En general, los centenarios mostraron perfiles de biomarcadores notablemente similares. A partir de los 65 años, presentaron valores más favorables en los indicadores más comunes en comparación con las personas que fallecieron antes de llegar a los 100 años.
Las diferencias en los valores de biomarcadores entre centenarios y no centenarios observadas más de una década antes de la muerte sugieren que factores genéticos y, posiblemente, modificaciones en el estilo de vida, pueden desempeñar un papel significativo en una extraordinario longevidad.
Referencia:
[1] https://doi.org/10.1007/s11357-023-00936-w