La contaminación por microplásticos representa un problema ambiental y de salud emergente. Si bien se han detectado en varios tejidos humanos, su presencia en el cerebro aún no ha sido documentada. Esto plantea interrogantes sobre sus posibles efectos neurotóxicos y los mecanismos que podrían permitir su llegada al tejido cerebral.
Un equipo de investigadores de Alemania y Brasil, liderado por el Dr. Luis Amato de la Universidad Libre de Berlín, se propuso determinar la presencia de microplásticos en el bulbo olfatorio humano y analizar sus características, como tamaño, morfología, color y composición polimérica.
Llevaron a cabo un estudio de serie de casos en el que analizaron tejidos del bulbo olfatorio de 15 adultos con una edad promedio de 69,5 años, residentes de São Paulo, que habían fallecido y fueron sometidos a autopsias forenses de rutina. La detección de partículas plásticas se realizó mediante el examen directo del tejido y espectroscopía infrarroja.
Se detectaron un total de 16 microplásticos en los bulbos olfatorios de 8 de los 15 individuos estudiados. De estos, 12 eran partículas y 4 eran fibras de polímeros sintéticos. El polipropileno fue el polímero encontrado con mayor frecuencia, representando el 43,8% de los casos. Los tamaños de las partículas oscilaron entre 5,5 μm y 26,4 μm, mientras que la longitud media de las fibras fue de 21,4 μm.
Este estudio demuestra la presencia de microplásticos en el bulbo olfatorio humano, sugiriendo su posible translocación al cerebro. Los hallazgos destacan la necesidad de profundizar en las investigaciones sobre las implicaciones para la salud de la exposición a estas partículas, especialmente en relación con la neurotoxicidad y la capacidad de eludir la barrera hematoencefálica.
Referencia:
[1] JAMA Netw Open. 2024;7(9):e2427610. doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.27610.