Comunicar un tema salud obliga a médicos e investigadores a innovar en nuevas formas de llegar al público. En el siguiente contenido, la escritora científica Meenakshi J, nos entrega algunos consejos para conectar mejor con nuestro público y lograr una comunicación eficaz.
Conozca a su audiencia. Identifique objetivos (científicos, médicos o público en general). Tenga presente si va a informar, educar o revisar y considere modificar la información de acuerdo con la situación y la plataforma utilizada. No es lo mismo una charla académica, un debate o un mensaje de salud pública. Luego, sea preciso. Sustente su presentación con datos y tenga autocrítica cuando estos están equivocados. Esté al día con las últimas investigaciones, lea suficientes publicaciones, tome notas y revise de manera crítica la metodología y resultados.
Explique e inspire. Durante la pandemia de COVID-19, junto con el surgimiento de variantes, cuarentenas y nuevas vacunas, la necesidad de comunicación biomédica ha cobrado relevancia. Comunique la ciencia a los niños, la curiosidad infantil en busca de explicaciones es un factor relevante para el aprendizaje de los más pequeños.
Sea usted mismo. Enfrente mitos y la desinformación con hechos basados en evidencia científica. Establezca confianza con su público respetando la opinión de otros profesionales. No se preocupe por dar un mensaje positivo o negativo. Diga la verdad, aunque a veces esta sea “no lo sabemos". Tenga respuestas preparadas cuando se enfrente a la incertidumbre y los sesgos, explicando pros y contras. Muestre toda la información.
Desarrolle experiencia. La comunicación científica implica compartir información, proporcionar detalles y respaldarla con datos. En este sentido hay que poseer amplios conocimientos: virología, microbiología, inmunología, bioquímica, vacunas, salud pública, salud mental, genómica, bioquímica y enzimología.
Resalte a sus colegas. Amplifique y divulgue las publicaciones y pensamientos de otros investigadores, especialmente de aquellos de grupos subrepresentados. Escuche y difunda lo que está funcionando y lo que no, atraiga a otros a la conversación, sobre todo cuando voces relevantes necesitan ser partícipes.
Elija la red social correcta. Los medios sociales han cambiado la forma en que nos comunicamos, al tiempo que hacen que el diálogo científico sea menos formal y más accesible. Conozca el grupo de edad de su audiencia y luego utilice una plataforma adecuada. Instagram es excelente para las imágenes, Twitter para mensajes cortos y Facebook para llegar a familias y comunidades.
No alimente a los “trolls”. Las redes sociales son un arma de doble filo. Los comunicadores científicos tienen el potencial de llegar a una audiencia grande y amplia, pero tienen poca protección ante ataques. Mantenga la calma, aprenda a lidiar con el “ruido” y no pierda la concentración. Mantenga su perfil, enfocándose únicamente en el tema de divulgación o comunicación.
No olvide los “viejos medios”. Utilice cualquier recurso para la comunicación científica. Ninguna plataforma puede atender a todos. Considere la brecha digital, las divisiones socioculturales, económicas, geográficas y demográficas. Incluya comunicación multilingüe en las versiones impresas y en línea. Pruebe con entrevistas de TV, radio y programas de podcast dirigidos a diferentes audiencias.
Aprenda a escuchar. Independientemente del canal utilizado, un comunicador científico también debe tener tolerancia a las opiniones contrarias y confianza en sí mismo para cambiar de opinión. Atienda a sus seguidores y comprenda sus preocupaciones. Utilice analogías cuando sea necesario. Mantenga el compromiso interactivo, bidireccional, con buen ritmo y, lo más importante, siga escuchando al público. ¿Cuáles son sus preocupaciones y opiniones? ¿Qué piensan de la situación? ¿Qué les hace sentir así?
No tome partido. En estos tiempos cada vez más polarizados, algunos comunicadores científicos optan por evitar la política. Dejar de lado ciertas posiciones no significa no tener opinión, sino que la mayoría de los comunicadores no son expertos en políticas públicas ni tienen toda la información económica y social para entender por qué se ponen en marcha determinadas decisiones.
Cíñase a lo que sabe. No desviarse de la propia experiencia. Apéguese a lo que sabe y use la investigación original tanto como sea posible. Reconozca limitaciones y remita a otros expertos cuando enfrente asuntos ajenos a su área.
Manténgase en el tema. Llegue rápidamente al punto que quiere comunicar. Demasiados conceptos, una mezcla de ideas y pensamientos, probablemente abrumarán a la audiencia e incluso podrían dar lugar a conceptos erróneos. Esto es particularmente vital para los comunicadores científicos cuando se relacionan con los niños, con quienes es importante construir el hilo de la discusión. Al final, un comunicador científico exitoso es aquel que simplifica la ciencia de tal forma, que un niño pueda entenderla e inspirarse.
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Referencia:
Meenakshi, J. "How to be a good science communicator". Nature Medicine, vol 27: 1656-1658 (2021).