Los casos de COVID-19 siguen aumentando a nivel global y las autoridades han decretado el confinamiento de los ciudadanos en sus hogares para evitar la diseminación del virus.
Dentro de los grupos más expuestos a contraer la enfermedad se encuentran los profesionales de la salud y aquellos pacientes que deben acudir a los centros de salud para el manejo rutinario de sus patologías de base.
Bajo este escenario, la atención médica a distancia surge como una solución para disminuir la visita masiva de pacientes a los hospitales durante la pandemia. Esta nueva modalidad -denominada “telemedicina”- permite que médicos y pacientes se comuniquen las 24 horas, los 7 días de la semana, utilizando teléfonos móviles inteligentes o computadoras con cámara web.
En Estados Unidos programas de telemedicina como los desarrollados por los hospitales de la Universidad de Jefferson, Mount Sinai, y la Clínica Cleveland entre otros, están aprovechando la tecnología para permitir la atención de pacientes desde sus hogares, al punto que algunos centros de salud han creado flujos lógicos automatizados (más conocidos como “bots”) capaces de categorizar la gravedad de los enfermos. De esta forma se ha logrado optimizar las atenciones de urgencias y derivar a consultas mediante videoconferencias a quienes no requieren una atención presencial.
También programas de monitoreo electrónico en las unidades de cuidados intensivos están siendo puestos en marcha para que enfermeras y médicos puedan controlar de forma remota el estado de pacientes críticos en varios hospitales, tal es el caso de los programas ofrecidos por Mercy Virtual Care Center, Sutter Health y Sentara Healthcare.
La telemedicina puede proporcionar un acceso rápido a sub-especialistas que no están disponibles físicamente. Este enfoque se ha explorado más a fondo en el contexto del accidente cerebrovascular, para el cual sistemas como Jefferson Health, Cleveland Clinic y la Universidad de Pittsburgh brindan atención neurológica virtual de emergencia a diversos hospitales.
En el contexto de una pandemia como la del COVID-19 y la posibilidad que un gran número de trabajadores de la salud entren en cuarentena, el programa Jefferson Health (Jefferson University) ha implementado servicios de telemedicina para que los médicos puedan continuar atendiendo de forma remota, convirtiendo los encuentros programados en el consultorio en “visitas” a través de dispositivos móviles.
Aunque las ventajas de la atención remota en casos de emergencias sanitarias resultan evidentes, la telemedicina también presenta ciertas limitaciones. Algunas consultas requerirán exámenes físicos que pueden ser difíciles de realizar (auscultación) y diagnósticos (imágenes, exámenes de laboratorio) que no se pueden realizar de forma remota. Es importante entonces, que su adopción vaya de la mano con una capacitación que informe al profesional de la salud de las limitaciones y entregue a la vez, herramientas y métodos alternativos de recopilación de información, para una mejor atención de salud en forma remota.
Si usted tiene interés por conocer en detalle este trabajo, o necesita buscar más información acerca del tema, puede tomar contacto con Centro SAVAL en el sitio web http://centro.saval.cl, o directamente en la red de centros y oficinas ubicadas en distintas ciudades del país.
Referencia:
1. Hollander, Judd E., and Brendan G. Carr. "Virtually perfect? Telemedicine for covid-19." New England Journal of Medicine (2020) doi: 10.1056/NEJMp2003539