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Noticia / 15 de Diciembre de 2022
Una mirada a la seguridad de los cigarrillos electrónicos

El tabaquismo, considerado un problema de Salud Pública, es una enfermedad crónica y adictiva que según datos de la OMS mata a unos 8 millones de personas al año, siendo 1,2 a la exposición al humo ajeno.

Chile, a pesar de la baja en los índices de consumo en los últimos 10 años, se sitúa entre los países de la región con mayor prevalencia, con edad de inicio a los 13,9 años según el Servicio Nacional para la prevención y rehabilitación del consumo de drogas y alcohol (SENDA).

Diversas han sido las estrategias y líneas de acción creadas para reducir los niveles, y paralelo a esto, en el año 2007 surgieron en el mercado estadounidense los cigarrillos electrónicos (CE), cuyo objetivo principal era promover el dejar de fumar o disminuir el consumo, promoviéndose como una alternativa potencialmente menos dañina.

Investigaciones recientes concluyen que, si bien los cigarrillos electrónicos con nicotina ayudan a las personas a dejar el hábito, el seguimiento ha sido en períodos de hasta dos años con un número pequeño de estudios, lo que ha impedido confirmar lo anterior [1].

En relación con los efectos adversos relacionados ya se están sistematizando resultados, arrojando evidencia que no son inocuos y que podrían ser perjudiciales para la salud. 

Es así como una revisión en que se detallan los pro y contras de los CE indica que, a pesar de los limitados datos existentes, se describen efectos pulmonares y sintomatología asociada, alteración del sistema inmune aumentando el riesgo y gravedad de las infecciones, daño celular y molecular que impulsa la tumorgénesis independiente de la nicotina [2].

Sumado a esto, un tema de gran preocupación es la población de niños y adolescentes a quienes van dirigidas una parte importante de las estrategias publicitarias. Se observó que los CE tienen un alto potencial adictivo lo que provoca alteraciones en un cerebro en desarrollo, ser puerta de entrada a otras sustancias e incrementar comportamientos de riesgo tales como el uso de alcohol como también mayores tasas de ideación suicida [2].

En resumen, como indica la OMS los cigarrillos electrónicos no deberían promocionarse hasta tener información científica adecuada en términos de cantidad, tiempo de seguimiento y precisión de los estudios que permitan dar certeza de su seguridad y eficacia, si es que la tuvieran.

Referencias:

[1] Cochrane Database Syst Rev . 2022 Nov 17;11(11):CD010216. doi: 10.1002/14651858.CD010216.pub7.
[2] J Allergy Clin Immunol Pract . 2022 Nov;10(11):2843-2851. doi: 10.1016/j.jaip.2022.07.009. Epub 2022 Jul.